De manera ordinaria, las tarjetas de presentacion se utilizan del mismo modo en que se han utilizado por los últimos trescientos años: darse a conocer a las demás personas. En la actualidad, a pesar de la expansión en el uso de las herramientas digitales para ampliar la red de nuestros contactos, las tarjetas de presentación siguen siendo un medio eficaz y muy recomendable, aunque también se pueden pensar en otras opciones que diversifican el empleo tradicional de esta forma de promoción.
Una manera es incluir algún tipo de diseño original e inesperado. Ejemplos de tarjetas que funcionan de este modo son las que tienen un holograma o una ilustración que depende de la perspectiva para convertirse en una cosa u otra. Hay tarjetas que cuentan con una lupa en una de sus esquinas, así las personas las tendrán más o menos a mano para emplearla cada vez que necesiten consultar un documento con letras pequeñas, por ejemplo.
Es importante recordar que no todas las opciones son igualmente útiles para todos. Hay sectores profesionales en los que se valora la creatividad más que la formalidad y, por el contrario, aquellos en que se prefiere que nuestro proveedor sea serio y sobrio.
Hay que pensar en ofrecer algo más que nuestra información al cliente. En cierto modo, se trata de agregar valor a nuestras tarjetas, en el sentido de que sirven para que nuestros clientes pueden ponerse en contacto con nosotros pero también para alguna otra cosa. Crear tarjetas con estas características no tiene porque ser necesariamente más caro, pues esto no es indispensable para hacerlo valioso.
Una excelente opción para librerías, editoriales, correctores de estilo, diseñadores editoriales, escritores, críticos y, en fin, para todos aquellos que se desempeñan profesionalmente en el circuito editorial, es la de hacer sus tarjetas de modo que funcionen también como separadores para libros. Generalmente, todas las personas que se desempeñan en este ramo tienen la costumbre de leer, aunque sea un poco, por lo que harán uso frecuente de nuestra tarjeta y, de algún modo, nos tendrán presentes cada vez que lo utilicen.
Otra opción es la incluír promociones y ofertas en las tarjetas de presentación. Esto suele funcionar cuando se envía a representantes de una empresa para promover ciertos productos o servicios que las personas sólo pueden obtener si acuden a una oficina o establecimiento. Ofrecer un descuento en caso de presentar una de las tarjetas es una buena forma de incentivar a los posibles clientes para que asistan y participen.