La imagen corporativa habla mucho del compromiso que tiene una empresa con el cliente e incluso con el rubro para el que labora pues tiene que ser responsable con los productos que ofrece y por supuesto, distinguirse de la competencia para bien. El cliente es sabio y busca lo mejor y si nosotros lo tenemos, evidentemente se acercarán a nosotros. Parte importante de la imagen son los uniformes empresariales ejecutivos que son el primer modo de contacto que la empresa tiene con su público objetivo.
Es una realidad que las empresas que cuentan con uniformes empresariales, uniformes industriales de seguridad, uniformes ejecutivos, etc., da una impresión de responsabilidad e incluso respeto hacia el cliente pues aquella empresa que se preocupa por sus empleados, se asume que se preocupará por el cliente.
La imagen corporativa debe contar con muchos elementos que deben ser muy bien cuidados para un buen resultado final, así pues, importa desde el nombre de la empresa, los colores, el tipo de letra y claro: el empleado que porta el uniforme.
Para que el empleado que porta nuestro uniforme se sienta cómodo debemos considerarlo antes de fabricar las ropas, si tiene participación se sentirá más parte de la decisión y por lo tanto sentirá una responsabilidad que transmitirá a los clientes al momento de contactar con ellos. La mejora de la imagen de nuestra empresa, la renovación y el cuidado equivalen a mejor reputación, más ganancias y el acercamiento de la empresa a la cúspide del éxito.
Los uniformes que vayamos a elegir deben hacer que el cliente tenga la sensación de confianza y tranquilidad; un uniforme que ayude a distinguir al empleado de entre otros y que les de un toque de elegancia siempre representa puntos a su favor.
Combinar un buen nombre con un buen logo, un tipo de letra que hable por sí misma sobre nosotros, una combinación de colores que sea agradable a la vista, ropa de buena calidad para los uniformes y un código de vestimenta al que todos los participantes se puedan adherir, es una excelente manera de competir en el mundo empresarial que día a día se complica más.
Ver detrás de un escritorio de recepción a una persona con ropas de calle, casuales que no los acreditan como parte de la empresa puede despertar sospechas en el cliente promedio, por otro lado los clientes uniformados invitan a la persona a preguntar, volver e incluso recomendar si el servicio que se brinda es de calidad.
No debemos olvidar que de la vista nace el amor y si tenemos una imagen presentable, ya tenemos un pie dentro de las preferencias del cliente.
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