Las facturas son documentos que han cobrado mucha importancia en las últimas décadas, ya que se trata de toda la información impresa de un contrato de compra-venta en el que se inscribe además de la información general del producto, el día en que fue entregado además de la cantidad que se pagó por dicho servicio. El nombre del expedidor y del destinatario son otros dos elementos fundamentales, así como los precios unitarios y totales (en caso de haber comprado más de un producto), así como los descuentos (de tener alguno) y los impuestos.
Con anterioridad, estos comprobantes eran impresos y de esta forma se emitían; actualmente, se empieza a utilizar cada vez con mayor frecuencia la facturación electrónica, que emite facturas electrónicas que prácticamente es lo mismo que la factura tradicional, ya que cumple con las mismas condiciones legales; lo que le da su principal validez es la firma electrónica que los contribuyentes deben tramitar a fin de poder expedir este tipo de facturas: de esta manera la manipulación y almacenaje se vuelve más fácil y limpio ya que se hace por vía electrónica.
Para poder realizar la firma electrónica y darle la validez necesaria a la factura electronica se necesita que la firma pase a ser un certificado digital, el cual por si solo añade el sello digital que finalmente garantizará que la persona que firma efectivamente tenga esa identidad, a la vez de que se tendrá la seguridad de que no se ha alterado, es decir, se mantiene su integridad.
Para poder compartir la factura electronica se necesita algún dispositivo electrónico como Cd’s, memorias externas o internet para que puedan ser enviadas por medio de correo electrónico.
A pesar de la gran popularidad que han adquirido los medios electrónicos, es posible suponer que este tipo de facturación pronto sustituirá a las que se hacen por papel: la verdad de las cosas es que a pesar de las pruebas a las que se someten los individuos y las empresas para poder contar con la autenticidad requerida, en muchos países no se han llegado a aceptar totalmente, y dependerá de las políticas tributarias aplicadas en cada país: en caso de tratos con extranjeros la dificultad de poder emitir electrónicamente es más difícil, aunado a la cercanía o apertura que cada nación tenga con respecto al internet hace parecer que será complicado la sustitución próxima del papel a lo electrónico.
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