Frente a la llegada a nuestro país de ropa importada proveniente de China, empresarios mexicanos han encontrado una oportunidad de mercado como alternativa para despuntar sus negocios. Se trata de competir con la oferta de prendas chinas, al proponer productos mexicanos que se distingan de aquellos venidos de países asiáticos.

De acuerdo con Jesús Valdés, es necesario crear mejores planes y estrategias de negocios en el ámbito textil, orientados, sobre todo a nichos de mercado más específicos. Recientemente los empresarios mexicanos han hecho frente a la competencia que posee la ventaja de vender sus productos sin impuestos extraordinarios que compensen precios “desleales”, especialmente en la industria textil y del vestido. Tal es el caso de Arroba Textil, una pequeña empresa dedicada a la venta de tela de tejido de punto y conformada por menos de
veinte empleados, y la cual, en palabras de su director, ha aprovechado que los chinos no se encuentran intereresados en utilizar poliéster, pues el volumen que hacen con la tela que transportan es elevado. Esto les ha permitido desarrollarse sin competencia extrajeras en la venta de telas y bonetería para la población de
bajos recursos.

Otro caso es el de la empresa que dirige Ofelia de la Cruz, la cual ha especializado su negocio en el ofrecimiento de ropa y uniformes para escuelas, instituciones y comercios como el gobierno estatal. De este modo, el negocio localizado en Aguascalientes y que cuenta con 15 empleados, no compite con los chinos ni en costo ni en volumen sino que destina su producción a satisfacer solicitudes que la requieren por temporada y en cantidades menores que los supermercados. Gracias al empleo de esta estrategia, y con la demanda
de uniformes por parte de escuelas públicas, la producción de su negocio se incremente en un 20% por temporadas de tres meses.

Lo anterior da prueba que para competir con la oferta de prendas chinas, los productos mexicanos tienen que diferenciarse. Según Valdés, es indispensable implementar una política industrial que favorezca la coordinación entre el sector privado y el gobierno con el fin de incrementar la productividad del sector textil
y de vestido con la integración de cadenas de valor y, de este modo, enriquecer las ventajas competitivas de las empresas mexicanas para hacer frente a los productos provenientes de otros países, particularmente asiáticos. Es necesario, por tanto, promover la iniciativa desde las cámaras empresariales de crear parques industriales para que proveedores, fabricantes y clientes posicionados en el mismo lugar.