A partir del año que inicia se deberá facturar electrónicamente, sea por medio del Comprobante Fiscal Digital por Internet (CFDI), o bien por el Código de Barras Bidimensional (CBB). En general, se recomiendo el CFDI, ya que los grandes comprobadores exigen facturar con este sistema, cada vez con más frecuencia a los proveedores PYMES.

De acuerdo con René Torres Fragoso, quien es el director general de Contpaq i, los elementos de seguridad y el problema que implica mantener ambos esquemas, CBB y CFDI, se recomienda optar por este último método, ya que, si bien el CBB es una opción válida para las empresas que facturan menos de 4 millones, eventualmente tendrá que cambiarse de manera definitiva al CFDI.

Torres Fragoso explicó que hoy en día existen 2 millones 174 mil de contribuyentes en México que no se encuentran listos para facturar y, de éstos, más del cincuenta por cierto no han elegido el sistema que practicarán. Agregó que una gran estos negocios está conformada por microempresas que pertenecen al sector del comercio.

La nueva versión del CDF, el CFDI, cuenta con una mayor seguridad que se encuentra garantizada por elementos tales como un timbrado electrónico y un código de barras tridimensional que impide la creación de comprobante falsos y esto, desde la perspectiva Contpaq i, proporciona ventajas sobre el CBB en términos de certidumbre. Pues gracias al esquema digital que sustituyen los blocks de facturas impresas con CCBB, se disminuyen las posibilidades de generar comprobantes apócrifos o de realizar fraudes. Además, cuenta con la ventaja de reportar al momento la factura al SAT, y no hace necesario el solicitar los folios ante el SAT.

El directivo aprovechó para recordar que este tipo de facturación se desarrolló con el objetivo de reducir la evasión fiscal que ya en 2010 había alcanzado los 55 mil millones de pesos sin recaudados debido a la facturación apócrifa, por lo que resaltó que la principal intención de este sistema es recaudatoria. Y agregó que gracias a este esquema digital la recaudación aumentó entre 15% y 16% en los últimos dos años.

Lo grave del asunto, en opinión del Torres Fragoso, es que hasta las últimas semanas de diciembre de 2012, sólo un 50.4% de las microempresas y 71.8% de los pequeños negocios habían realizado el trámite para obtener su Firma Electrónica Avanzada, lo que indica que cerca de un 30% de las pymes del país no efectuó el procedimiento para facturar electrónicamente antes del 2013.

Según, un estudio llevado a cabo por Contpaq i durante el año pasado, el 33.4% de los empresarios no planeaba dar inicio al trámite sino hasta enero, en tanto que 12% dejaría de emitir facturas.