En el mundo de los aditivos alimentarios existe un buen número de sustancias químicas que se usan para darle mejor apariencia, sabor y resistencia a los alimentos que utilizamos diariamente. Los aditivos como tal son utilizados desde la antigüedad cuando el hombre salaba sus alimentos para conservarlos más tiempo; en un sentido estricto de la palabra, eso era un aditivo que con el paso del tiempo se fue perfeccionando logrando crear químicos que conservan los alimentos por meses e incluso por años enteros.
En el antiguo Egipto se utilizaban los aditivos también para resaltar el sabor de algunos alimentos, mientras que los griegos utilizaban la salmuera mezclada con especias y colorantes para darle mejor apariencia a sus alimentos. Hoy en día uno de los aditivos alimentarios más utilizados es el acido tartarico o cremor tártaro, sustancia que se obtiene de la cristalización del ácido que se cristaliza en las pareces de las bodegas de vino; su proceso de producción es muy controlado para así asegurar la gran calidad del producto.
Este gran producto se encuentra presente en muchas áreas de la industria como en el horneado de galletas, para la gasificación de refrescos y para la estabilización del ácido. Como ya lo mencionamos, el principal uso de este producto es en la repostería y en la preparación de bebidas efervescentes, en algunas ocasiones incluso se utiliza como condimento para la comida; en la repostería es un excelente aliado para darle volumen a las masas de pasteles, pays y galletas mezclándolo con bicarbonato de sodio.
Las principales propiedades con las que cuenta este ácido son: capacidad acidificante para las mermeladas, helados, gelatinas, jugos, etc., tiene excelentes niveles de conservación natural de los alimentos, potencia el sabor de los mismos, estabiliza el color de los alimentos y como levadura.
La importancia de sustancias como el ácido tartárico y demás aditivos alimentarios radica en que hoy en día la población mundial necesita más alimento que nunca, pues cada vez hay más personas concentrándose en ciertos lugares como las capitales de los países, provocando una altísima demanda de alimentos no solamente para el consumo inmediato, sino también para almacenaje. En muchos lugares del mundo la población exige alimentos más accesibles y sencillos de preparar, lo cual solamente es posible por medio de aditivos alimentarios.
No solamente el ácido tartárico ayuda a que los alimentos luzcan más apetecibles, sino que los protege de cambios medioambientales drásticos, los cuales dichos alimentos no soportarían de no estar sometidos al trato de este químico.
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