La mayoría de los que trabajamos dentro de oficinas necesitamos concentrarnos y ser más productivos, sobre todo en ciertos momentos que se convierten en nuestros peores enemigos, tal es el caso de cuando volvemos de comer, después de una capacitación empresarial o a eso del mediodía.

 
La clave para combatir este mal es crear un buen ambiente laboral que sea reconfortante para todos, en especial para nosotros mismos. Dicho ambiente estaría contribuyendo para que seamos más productivos, favoreciendo la calidad del trabajo que estamos haciendo.
 
¿Habías pensado que un difusor de aromas podría hacer la diferencia sobre nuestra productividad? Pues expertos aseveran que los aromas son capaces de influir consciente e inconscientemente sobre la actitud de las personas. Sin embargo, hay aromas que ayudan más que otros, ya que incluso unos pueden estar provocando lo contrario.
 
El olfato al ser uno de los sentidos que está estrechamente vinculado con la operatividad del cerebro, logra conectar nuestras emociones, lo cual tiene efecto cuando olemos los aromas correctos o incorrectos, causándonos un cambio de actitud o de ánimo, beneficiando nuestra productividad y nuestra estadía dentro de la oficina.
 
La aromaterapia es contemplada como un método curativo de algunas enfermedades, mediante la cual se inhalan ciertos aromas prescritos de acuerdo al malestar a tratar. Por ejemplo, dentro de la oficina si el mal que se quiere contrarrestar es el ambiente pesado y se quiere tener paz en el entorno, los olores recomendados a utilizar, serían aquellos a base de flores, mientras que los cítricos se recomiendan para vigorizar el espacio, y otros tantos para armonizar, como el jazmín.
 
La práctica de la aromaterapia dentro de la oficina debe emplearse de manera colectiva, a pesar de que cada individuo reacciona diferente a los aromas, pues intervienen nuestros perfiles personales y nuestras experiencias vividas acumuladas; así que se utilizarán aromas generalizados, es decir, que suelen causar los mismos efectos en las personas.
 
Una vez identificados los momentos en los que el equipo de trabajo disminuye su productividad, es que debe implementarse la aromaterapia. Como consejo general, se recomienda utilizar aromas cítricos, como el de la mandarina, o aquellas esencias  a base de flores silvestres, como la lavanda.
 
Si específicamente se tiene identificado para qué se quiere generar un efecto en los integrantes del equipo, tales como: centrar las ideas, activar, mejorar la asertividad en la comunicación, dinamizar o mejorar el ambiente laboral, se recomienda que las esencias de cítricos sean naranja, toronja, limón; o en su defecto de flores silvestres y hierbas como la bergamota, el geranio, la menta, los azares y las maderas.