Desde el 22 de abril del presente año, todos los conductores de vehículos que circulen por la capital mexicana con placas registradas ahí tienen la oportunidad de pagar sus infracciones de tránsito asistiendo a cursos de educación vial y realizando trabajos de limpieza, reforestación, pintura, remodelación y ornato de los espacios comunes.

Esto debido a la evolución de las “fotomultas” en “fotocívicas“, que sin duda convirtió el temor de una sanción de tránsito en la posibilidad de una cultura vial mejor asimilada y más efectiva en la Ciudad de México.

Además, esta decisión del gobierno se traduce en una necesaria intervención de los espacios públicos mediante el trabajo comunitario que asumen como sanción quienes han incurrido cuatro o más ocasiones en faltas al reglamento.

La gran excepción en el programa son los vehículos registrados a nombre de personas morales, por lo que como empresario de trayectoria o como emprendedor, seguramente te estarás preguntando de qué manera esta nueva política te beneficia y cómo puedes contribuir, en tu posición, con el proyecto correctivo que buscan implementar estas medidas.

Una primera respuesta a estas cuestiones es que, si bien las infracciones que se cometan a bordo de los vehículos que hayas registrado en tu calidad de persona moral seguirán siendo motivo de multas económicas, esta regulación te considera en el sentido de que tus trabajadores no deberán realizar los cursos o labores comunitarias interviniendo con los horarios laborales de la empresa.

En cuanto a tu contribución al fortalecimiento de la cultura vial, resulta lógico que, al formar parte de la minoría que debe pagar por las infracciones cometidas, lo natural es que algunos empresarios decidan tomar medidas de concienciación para que quienes conduzcan los vehículos asociados a su marca o servicio sean responsables al volante. Es en este sentido que el sector empresarial puede fungir como aliado del programa y convertirse en agente de cambio en medio del desconocimiento de las normas civiles, principal problema al margen de los accidentes que ocurren en la vía pública como resultado de las malas prácticas de tránsito.

De igual manera, dado que las sanciones civiles se aplicarán a los propietarios y no a los conductores de los vehículos, quienes acostumbren prestar su auto a amigos, familiares o colaboradores, estarán contribuyendo a la formación de una sólida cultura vial a partir de las recomendaciones que hagan a estas personas antes de entregarles las llaves del coche.